La nueva constitución no parte de una hoja en blanco, como lo aclara publicación hecha por Ciper Chile

 No es cierto que la nueva constitución política de Chile vaya a partir de una hoja en blanco, en la que los chilenos y chilenas vayamos a poner todos los cambios que queramos para tener un país con justicia social, igualdad y dignidad.

Bajo cuerda, en medio de las intensas y masivas protestas que se produjeron entre el 12 de noviembre y las primera semanas de diciembre, y justo en la víspera de navidad, el 24 de diciembre, el gobierno, con el acuerdo de los partidos oficialistas y de oposición, realizó una modificación constitucional que reglamenta el proceso de elaboración de la nueva carta magna, poniendo férreos límites a las materias que contendrá.

Así lo dio a conocer el portal de investigación periodística Ciper Chile, en un análisis hecho por Jean Pierre Matus, abogado y académico, máster y doctor en derecho, director del Instituto de Ciencias Penales y secretario para América Latina de la Sociedad Internacional de Defensa Social, quien afirma que mediante la ley Nº 21.200, del 24 de diciembre, el gobierno realizó una modificación a la actual constitución, estableciendo las normas que rigen el proceso, entre las cuales se cuentan barreras que evitarán que la nueva constitución permita cambios en materias y ámbitos que forman el núcleo central de las demandas y reivindicaciones que se han expresado con fuerza en las calles desde octubre a la fecha.

No hay hoja en blanco

Al respecto, Jean Pierre Matus dice que “Según una difundida interpretación del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución de 13 de noviembre, que posibilitó esta reforma, se parte de una hoja en blanco que no da ventaja a ningún sector político en particular...”

“Sin embargo, la reforma del 24 de diciembre incorporó un inciso final a ese nuevo Art. 135 de la Constitución, que expresamente limita las facultades de la Convención en la redacción del texto de la Nueva Constitución.

“Se afirma que este texto deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas y los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.

En torno a ello, el analista plantea que la nueva constitución “… deberá respetar el contenido de los tratados internacionales en materia económica, desde las convenciones multilaterales que están en la base de la OCDE hasta los tratados bilaterales que regulan el comercio con Estados Unidos, China y la Unión Europea. La importancia de estos tratados para el tipo de sistema económico que vivimos es innegable: el hecho de ser una economía abierta a las exportaciones y los bajos precios de las importaciones dependen de ellos. Pero también dependen de ellos la protección de las inversiones extranjeras, incluyendo las que se han hecho en materia de educación superior, salud, AFP y servicios básicos como agua, luz eléctrica y los derechos de aprovechamiento de aguas que permiten su generación.”

Necesitamos una nueva constitución

El pueblo chileno ha dicho que exige profundos cambios que permitan una mejor vida; por consiguiente, una nueva constitución debe hacer posible que ocurran o se produzcan grandes transformaciones que tienen relación con estos asuntos que se ha dejado establecido no pueden ser tocados, situación que nos invita a pensar en un proceso de cambio constitucional distinto al propuesto o impuesto por el gobierno y los partidos políticos, un proceso que sea definido y levantado por el pueblo, haciendo ejercicio pleno del poder constituyente que le asiste en forma exclusiva como soberano.

 

Puedes leer la nota completa en el siguiente link: https://ciperchile.cl/2020/01/09/nueva-constitucion-una-hoja-en-blanco-con-tinta-invisible/

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