Día Internacional del Trabajador
ESTIMADOS COMPAÑEROS y COMPAÑERAS:
Hoy 1° de Mayo, Día Internacional del Trabajador, les saludo con el inmenso respeto que cada uno de ustedes merece y de paso, reiterarles la seguridad, que como directivos del Sindicato N°1 de Minera Escondida, de que no cejaremos en nuestros esfuerzos por defenderles cada vez que la ocasión lo amerite, hasta agotar todos los recursos a nuestro alcance y hasta donde la validez de los argumentos lo permita.
Es la oportunidad –además- de agradecer la lealtad y la fidelidad para con la unidad del movimiento, lo que ha sido destacado por muchas de nuestras organizaciones congéneres.
Hemos sido ejemplo de lucha, pero por sobre todo, de unidad. Esto ha sentado un precedente y señala “un antes y un después” para otras organizaciones sindicales de Chile.
Para invitarles a compartir esta fecha con el respeto y el significado que tiene para todos los trabajadores, les dejo esta nota, que –espero- habrá de servir de tema de reflexión para todos nosotros, los mineros.
HONOR A LOS MÁRTIRES
(Chicago – 1887)
Es posible que mis queridos amigos mineros no tengan claridad, sobre lo que ocurrió aquel 1º de mayo de 1887 en Chicago, Estados Unidos. La rebelión laboral se centró en abogar por los derechos a la jornada de ocho horas, como lo describiría –poco tiempo antes- el mismísimo Abraham Lincoln, al sostener “ocho horas para trabajar, ocho horas para descansar y ocho horas para disfrutar”.
Obviamente, tal distribución horaria entrababa el desarrollo de la arrolladora Revolución Industrial, que propiciaba jornadas de trabajo “de sol a sol”. En otras palabras, una explotación innegable, abusiva.
Pero los trabajadores no se cruzaron de brazos.
En dicho contexto, luego de las huelgas generales y de los sucesos ocurridos frente a la industria “Mc Cormick”, se detuvo a un grupo de trabajadores, acusados de anarquistas y se les sometió a proceso “por tan infamantes acciones”.
Por qué debe preocuparnos y cuál es la razón para conmemorar esta fecha con absoluto recogimiento.
He aquí – talvez- el innegable argumento:
El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:
*Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo.
*Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista.
*Albert Parsons, estadounidense, periodista, aunque se probó que no
estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros
y fue juzgado igualmente.
*August Vincent Theodore Spies, alemán, 31 años, periodista.
*Louis Lingg, alemán, 22 años, carpintero para no ser ejecutado
se suicidó, envenenándose en su propia celda.
No se precisa ahondar mucho ni esforzarse demasiado, para darse cuenta que los ejecutados eran “gente de comunicaciones”. Esos hombres para quienes informar es lo primero… Y cumplir con ese principio básico y elemental, se les acusó de “infamantes acciones”.
Esa tenebrosa noche, quienes permanecieron en vigilia ante sus cuerpos, que las autoridades dejaron colgados hasta el otro día contra un muro de mármol a modo de escarmiento, escribieron, con sus dedos y empleando la propia sangre de las víctimas, una frase que debe permanecer en nuestras memorias y en nuestros corazones: “¡Trabajadores del mundo, uníos…!”
¡Feliz día del trabajador y trabajadora!
Les saluda afectuosamente,
Patricio Tapia
Presidente Sindicato N°1 de Minera Escondida